Cuando no queremos tener esperanzas, cuando todo el mundo desde atrás va cayendo, cuando hay mas palabras que silencios y cuando el silencio vale mas que la palabra, cuando entendemos que estamos haciendo la mejor de las cosas, cuando creemos en las causas perdidas, cuando pretendemos demasiado y llegamos mas allá, cuando esperamos mientras realmente vamos volando sobre el universo, cuando queremos de verdad estar inmersos e inertes, cuando escapamos y sabemos que estamos yendo hacia donde queremos ir, cuando estamos encerrados y encontramos siempre la salida, sin embargo, de entre tantas cosas solo hay una puerta, solo hay una idea, solo hay un sentido, el que siempre va en contra, el que siempre no deja nada mas que desear, el que siempre esta prestado a hacer huellas en los pocos espacios que tenemos en el alma, el que esta en nuestras ganas pero siempre esta dispuesto a ceder por dejarnos caer desde los mas alto, es cuando ahí te levantas, me levanto, con la sangre en la frente, con el dolor en el pecho y nos sentamos a pensar en donde duele mas, en donde esta realmente lo que describimos, en lo que realmente anotamos en la vida, en el libro, en la agenda, es cuando no tenemos plan para saber si debemos o no levantarnos, es que acaso es tan difícil dejar que las heridas cierren porque arde cuando nos están curando...
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