martes, 21 de junio de 2011

Primer día

Al levantarse, sin saber la hora, sin saber el día, solo con el sollozo de su cobija, solo con el alma al aire y sin poder recuperar aliento, con las tristezas multiplicadas por mil, con el llanto de camino al camino, siguiendo por instinto lo que es sobrevivir con un enorme espacio entre la piel y la esperanza, sin iguales, sin cariños, sin palabras, sintiéndose tan pequeño y débil como para rendirse a la vida...
Al medio día sin rumbo fijo, con la rabia al borde del colapso y el amor pegado a la suela del zapato para no recordar, con el odio creciendo por tantas mentiras y falsedades de palabras, por creer en ilusiones, porque en eso es en lo que transforman las cosas cuando no hay explicaciones mutuas, siempre con la mirada fija en el cielo y preguntando por los errores vacíos, pero con la firme convicción de intentar no perder de vista el horizonte aunque las lagrimas invadan sus ojos y la gente le vea como un caso perdido de fe...
En la noche, no sabe si duerme, no sabe si llora, no sabe si vive o muere o vuelve a empezar su tristeza, no sabe de donde vienen tantos recuerdos pero sabe que llegan, necesita alguien que cuide de el porque empieza a la incertidumbre a cobrar su factura y deja las emociones muertas en un cajón...

si hay una frase para decir, una acto de amor y de fe
seria que volviera a unir los pedazos de corazón
que dejo regados por ahí....

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